Ya sabemos que las producciones audiovisuales malagueñas tienen caché y categoría como para competir a niveles internacionales en festivales y la gran pantalla, pero aun necesitamos a las grandes productoras mundiales para que se vea movimiento de dinero en los bolsillos de nuestra ciudad, ¿y de nuestros técnicos y actores?
Es cierto que se están rodando multitud de series y películas, y que se dejan auténticos dinerales en alojamientos, dietas, transportes y alquileres, pero en la mayoría de los casos, traen su equipo cerrado de fuera y apenas contratan a gente local, y cuando lo hacen, suelen ser en puestos inferiores de ayundantías o auxiliares, y lo mismo pasa con los elencos. Personajes episódicos o figuraciones especiales en los mejores casos además de la figuración que tanto motiva e ilusiona a los ciudadanos locales.
Aun así, nuestros profesionales no se desaniman, ya que al menos, son unos meses con un sueldo digno que tanto cuesta conseguir de normal en la provincia.
Pensemos en positivo.
¿Confiarán las empresas malagueñas más en los productores y artistas de Málaga para financiar sus proyectos gracias a todas las superproducciones y series que se están haciendo en Málaga?
Tirar de subvenciones y fondos públicos es una locura impensable para sacar los proyectos audiovisuales adelante, y el sector ha tenido que reciclarse buscando la financiación en empresas privadas que la mayoría de las veces pagan en "especias" a cambio de patrocinios. Y es que es más sencillo "comerle el tarro" a un directivo de una gran empresa local que rellenar los formularios (a veces indescifrables) y pasar las cribas de las ayudas públicas que casi siempre caen en las mismas manos.
Ya se hacían muchas producciones en la provincia, el problema es que la mayoría de las veces es a coste 0 (por los pagos en especias de empresas patrocinadoras) o con presupuestos privados reducidísimos que apenas dan para las altas y el alquiler del material.
De estas producciones nadie habla, porque parece que no interesan. No mueven dinero, no suelen llegar a festivales de la clase A por falta de financiación para su distribución y rara vez llegan a la gran pantalla. Sin embargo... esos mismos cortometrajes o largometrajes son los que luego llenan nuestro Festival de Cine de Málaga. Las salas llenas de gente con el cartel del "todo vendido" en apenas minutos desde que se ponen en venta las entradas en plataformas digitales devuelven a los cineastas malagueños la ilusión de seguir luchando por dignificar su trabajo, por demostrar que no son menos que los que vienen de fuera, y sirven también para demostrar "cuando vienen los grandes" qué somos capaces de hacer para que nos contraten.
Confiemos pues en el boom que está sufriendo Málaga como plató perfecto para series y películas, y confiemos en que se destaque el buen hacer y la profesionalidad de los técnicos para que poco a poco, los malagueños puedan producir sus propias películas y series sin necesidad de tener que irse fuera a buscar la financiación en empresas extranjeras.